Una tuerca es una pieza con un orificio central, el cual presenta una rosca, que se utiliza para acoplar a un tornillo
en forma fija o deslizante. La tuerca permite sujetar y fijar uniones
de elementos desmontables. En ocasiones puede agregarse una arandela
para que la unión cierre mejor y quede fija. Las tuercas se fabrican en
grandes producciones con máquinas y procesos muy automatizados.
La tuerca siempre debe tener las mismas características geométricas del tornillo con el que se acopla, por lo que está normalizada según los sistemas generales de roscas.
Las tuercas y los tornillos ya se utilizaban en Egipto, alrededor del año 2500 a.C. Se utilizaban principalmente en las prensas.
Desde entonces los tornillos y
las tuercas se han venido usando durante siglos como medios de unión o
de fijación de las piezas metálicas conjuntamente.
En la edad media, las tuercas y
los tornillos ya se empleaban para la sujeción de armaduras y de las
corazas. La ventaja principal del uso de las roscas es que las piezas
pueden montarse y desmontarse sin deteriorarse.
Se utilizaban igualmente los
tornillos de madera después de la aparición de la imprenta, puesto que
todas las prensas de imprimir los llevaban. Desde esa época la forma de
los tornillos y de las tuercas fue haciéndose más precisa a medida que
su reproducción se multiplicaba.